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miércoles, 29 de junio de 2011

SONETOS DEL PORTUGUÉS, DE BARRET BROWNING

Selección de poemas de Elizabeth Barrett Browning

De mi cabello nunca di un rizo a un hombre...

De mi cabello nunca di un rizo a ningún hombre,
amado mío, salvo el que te ofrezco ahora
y, pensativamente, en toda su largura
sombría, voy ciñendo en torno de mis dedos.

Tómalo. Ya mis días de juventud pasaron;
ya al paso alborozado no tiembla mi cabello,
ni prendo en él la rosa o los brotes del mirto,
como las chicas suelen: ya sólo puede, en pálidas

mejillas, sombrear las huellas de mi llanto,
y se avezó a soltarse cuando a la frente inclina
con su arte el dolor. Temí que las tijeras

fúnebres lo cortaran primero, y ha vencido
tu amor. Tómalo. Puro como antaño, hallarás
el beso que, al morir, en él dejó mi madre.

Versión de Màrie Manent

***
Y no obstante el amor por ser amor...

Y no obstante el amor por ser amor
es bello. Igual llamea reluciente
un gran templo y la hierba. El mismo fuego
arde quemando el cedro y la cizaña.

Y el amor es un fuego; y cuando digo
te quiero, oh Dios, te quiero, ante tus ojos
me transfiguro en esplendor y siento
mi cara centelleante que deslumbra.

En el amor no puede haber ruindad
aunque amen los más ruines de los seres,
que cuando aman a Dios Él los acepta.

Y en la apariencia ruin de lo que soy
refulge el sentimiento y purifica
por ser fruto de amor lo que es de carne.

Versión de Carlos Pujol

***
¿De qué modo te quiero?

¿De qué modo te quiero? Pues te quiero
hasta el abismo y la región más alta
a que puedo llegar cuando persigo
los límites del Ser y el Ideal.

Te quiero en el vivir más cotidiano,
con el sol y a la luz de una candela.
Con libertad, como se aspira al Bien;
con la inocencia del que ansía gloria.

Te quiero con la fiebre que antes puse
en mi dolor y con mi fe de niña,
con el amor que yo creí perder

al perder a mis santos... Con las lágrimas
y el sonreír de mi vida... Y si Dios quiere,
te querré mucho más tras de la muerte.

Versión de Carlos Pujol

***
Oh, amor mío, amor mío...

Oh, amor mío, amor mío, cuando pienso
que existías ya entonces, hace un año,
cuando yo estaba sola aquí en la nieve
y no vi tus pisadas ni escuché
tu voz en el silencio... Mi cadena,
eslabón a eslabón, iba midiendo
como si no pudiese verme libre
por tu posible mano... ¡Hasta beber
la prodigiosa copa de la vida!
¡Qué extraño no sentirte en el temblor
del día o de la noche, voz, presencia,
ni adivinarte en esas flores blancas!
Yo era ciega lo mismo que el ateo
que no descubre a Dios al que no ve.

Versión de Màrie Manent

***
Si has de amarme que sea solamente...

Si has de amarme que sea solamente
por amor de mi amor. No digas nunca
que es por mi aspecto, mi sonrisa, el modo
de hablar o por un rasgo de carácter

que concuerda contigo o que aquel día
hizo que nos sintiéramos felices...
Porque, amor mío, todas estas cosas
pueden cambiar, y hasta el amor se muere.

No me quieras tampoco por las lágrimas
que compasivo enjugas en mi rostro...
¡Porque puedo olvidarme de llorar

gracias a ti, y así perder tu amor!
Por amor de mi amor quiero que me ames,
para que dure amor eternamente.

Versión de Carlos Pujol

***
Dilo, dilo otra vez...

Dilo, dilo otra vez, y repite de nuevo
que me quieres, aunque esta palabra repetida,
en tus labios, el canto del cuclillo recuerde.
Y no olvides que nunca la fresca primavera

llegó al monte o al llano, al valle o a los bosques,
en su entero verdor, sin la voz del cuclillo.
Me saluda en las sombras, amado mío, incierta,
esa voz de un espíritu, y en mi duda angustiosa,

clamo: «¡Vuelve a decir que me quieres!» ¿Quién
teme un exceso de estrellas, aunque los cielos colmen,
o un exceso de flores ciñendo todo el año?

Di que me quieres, di que me quieres: renueva
el tañido de plata ; mas piensa, amado mío,
en quererme también con el alma, en silencio.

Versión de Màrie Manent

***
Aléjate de mí...

Aléjate de mí. Mas sé que, para siempre,
he de estar en tu sombra. Ya nunca, solitaria,
irguiéndome en los mismos umbrales de mi vida
recóndita, podré gobernar los impulsos

de mi alma, ni alzar la mano como antaño,
al sol, serenamente, sin que perciba en ella
lo que intenté hasta ahora apartar: el contacto
de tu mano en la mía. Esta anchurosa tierra

con que quiso alejarnos el destino, en el mío
deja tu corazón, con latir doble. En todo
lo que hiciere o soñare estás presente, como

en el vino el sabor de las uvas. Y cuando
por mí rezo al Señor, en mis ruegos tu nombre
escucha y ve en mis ojos mezclarse nuestras lágrimas.

Versión de Màrie Manent

***
El mundo me parece tan distinto

El mundo me parece tan distinto
desde que oí los pasos de tu alma
muy leves, sí, muy leves, a mi lado,
en la orilla terrible de la muerte
donde yo iba a anegarme, y me salvó
el amor descubriéndome una vida
hecha música nueva. Aquellas hieles
destinadas por Dios quiero beber,
cantando su dulzura, junto a ti.
Los nombres de lugar son diferentes
porque estás o estarás aquí o allá.
Y ese don de cantar que yo amé tanto
(los ángeles lo saben) me es querido
sólo porque hace resonar tu nombre.

versión de Carlos Pujol

Los Sonetos del portugués toman ese título porque pasan por ser traducciones del portugués, en referencia a los sonetos del poeta del siglo XVI, Luis de Camoens. Uno de los poemas se titula “Catalina a Camoens”, y de allí que Browning le sugiriera el título a su esposa.
Este libro fue escrito durante el noviazgo entre Elizabeth y Browning –que, debido a las objeciones puestas por el Sr. Barrett y a la delicada salud de la poeta, fue llevado a cabo en secreto, al igual que su boda-. Se trata de poemas de amor, de un amor profundo e imperecedero, palabras de una mujer que ya a los treinta y nueve años podía considerarse una solterona, y a quien sin embargo el amor había tomado por sorpresa.
Los poemas están compuestos sobre temas opuestos. Principalmente el amor y la muerte, pero también la luz y la oscuridad, el recuerdo y el olvido, la música y el silencio. Han impregnado la cultura popular y es muy común encontrarlos citados en películas o libros en lengua inglesa. Probablemente el más famoso sea el 43: “How do I love thee? Let me count the ways.” (“¿Cuánto te amo? Déjame contar las maneras”).

martes, 14 de junio de 2011

PELICULAS RECOMENDADAS PARA E.A. POE

Chicos, aquí les dejo las películas de las que hablamos en la clase.
La primera es La Caída De La Casa Usher (ficha técnica acá... http://www.abandomoviez.net/db/pelicula.php?film=61 ).

Para descargarse la película ingresar al siguiente link.

http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/7570439/1960---La-Caida-De-La-Casa-Usher-_DVDRip_Espanol_Terror_-.html




Este segundo Link es para ver online. Es sobre El Corazón Revelador. Es una animación de los años 50's que no tiene desperdicio alguno.



El siguiente es El Cuervo, recitado por el genial Vincent Price





Disfruten....